Nuestros pequeños exploradores de la ciudad vivieron una experiencia que dejó huella: visitaron a los bomberos, esos héroes silenciosos que, sin capas ni aplausos, arriesgan su vida cada día por salvar la de otros.

Escucharon sus historias, conocieron su equipo, recorrieron su espacio… pero, sobre todo, aprendieron que el verdadero valor está en servir con amor, en ayudar sin esperar nada a cambio. Porque en un mundo que a veces corre sin mirar al otro, ellos eligen detenerse, cuidar, proteger.

Desde Amún, agradecemos profundamente al equipo de bomberos por abrirnos sus puertas y sus corazones. Enseñanzas como esta no están en los libros, pero sí en el alma.